Feld Charles I, el emperador de la T-1
This conversation is over -esta conversación ha terminado- Así concluye, uno de esos artículos que por su temática vienen a demostrar aquello de que no es la ficción quien imita a la vida sino que, frecuentemente, es la propia vida quien imita a la ficción. El artículo está publicado en la edición de hoy del diario El País, en la sección de suplementos correspondiente a Madrid.
Una vez leído, se podrá opinar que este hombre puede padecer algún tipo de alteración psiquiátrica relacionada con lo que se conoce como sustancia reticular activadora ascendente localizada en la unión de la médula espinal con el cerebro, o bien que su comportamiento se deba a un errático funcionamiento de los neurotransmisores encargados de trasladar la información entre sus neuronas, o bien que tras padecer un profundo periodo de confusión y deslocalización haya podido caer en un trastorno psicótico agudo, o bien, etc., etc. Sí, se podrá opinar.
Pero dejando al margen especulaciones u opiniones, de lo que caben pocas dudas es de que este hombre que se desenvuelve en seis idiomas -español, inglés, francés, alemán, ruso y la que se cree que es su lengua autóctona, el etíope- que de alguna manera acreditan sus estancias en Etiopía, India, Rusia, París y California; que tiene como domicilio actual un banco al lado de la cafetería de empleados de la T-1 del aeropuerto de Barajas en Madrid; que lleva más de tres años viviendo en esa misma terminal; que ha pasado por ser emperador, rey, médico militar y profesor, y que se hace llamar Feld Charles I.
De lo que caben pocas dudas, decía, es de que este hombre representa un auténtico misterio. Diplomático africano, emperador hindú hijo de una conocida emperatriz de la India, poseedor de un reino en Etiopía, nadie lo sabe. Según confiesa, el destino no quiso que pudiera volar hasta la soleada California y le dejó en Madrid con la misión de construir un palacio popular.
El artículo en El País pdf
Una vez leído, se podrá opinar que este hombre puede padecer algún tipo de alteración psiquiátrica relacionada con lo que se conoce como sustancia reticular activadora ascendente localizada en la unión de la médula espinal con el cerebro, o bien que su comportamiento se deba a un errático funcionamiento de los neurotransmisores encargados de trasladar la información entre sus neuronas, o bien que tras padecer un profundo periodo de confusión y deslocalización haya podido caer en un trastorno psicótico agudo, o bien, etc., etc. Sí, se podrá opinar.
Pero dejando al margen especulaciones u opiniones, de lo que caben pocas dudas es de que este hombre que se desenvuelve en seis idiomas -español, inglés, francés, alemán, ruso y la que se cree que es su lengua autóctona, el etíope- que de alguna manera acreditan sus estancias en Etiopía, India, Rusia, París y California; que tiene como domicilio actual un banco al lado de la cafetería de empleados de la T-1 del aeropuerto de Barajas en Madrid; que lleva más de tres años viviendo en esa misma terminal; que ha pasado por ser emperador, rey, médico militar y profesor, y que se hace llamar Feld Charles I.
De lo que caben pocas dudas, decía, es de que este hombre representa un auténtico misterio. Diplomático africano, emperador hindú hijo de una conocida emperatriz de la India, poseedor de un reino en Etiopía, nadie lo sabe. Según confiesa, el destino no quiso que pudiera volar hasta la soleada California y le dejó en Madrid con la misión de construir un palacio popular.
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Etiquetas: barajas, el pais, emperador, feld charrles I, madrid
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