De mujeres y hombres II: ¿una proposición indecente?

No, no va de la peli de Adrian Lyne sino que viendo a altas horas de la madrugada por TV un partido de la NBA, y durante unos de los tiempos muertos, he vuelto a escuchar un comentario acerca de una noticia que saltó a los medios de comunicación hace ya algunos meses pero que no por ello deja de tener su puntito de actualidad y su morbo.



Andrei Kirilenko un espigado jugador ruso de brazos interminables que juega al baloncesto en los Jazz de Utah, estado usanita cuya capital es la ciudad de Salt Lake City, conocida, entre otras cosas, por ser la sede de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es decir, los mormones, y que gasta fama de ser una ciudad de ritmos conservadores, donde predomina la raza blanca, está casado con Masha Lopatova, antigua reina del pop e hija de un buen jugador, también de baloncesto, de la extinta URSS, Andrei Lopatov. Hasta aquí, todo normal sino fuese porque Masha Lopatova, aka Mrs. Kirilenko, se lleva a matar con las esposas del resto de jugadores del equipo.



El motivo son unas declaraciones efectuadas durante una entrevista con la ESPN, en las que venía a decir que no le importaría que su marido le pusiese los cuernos una vez al año, y solamente una, con otra mujer. Su lógica se basa en el axioma de que lo prohibido es siempre deseable; si a un niño le prohíbes por norma comer dulces, pongamos como ejemplo, lo que más anhelará el infante será precisamente eso...¡dulces! La cosa, al parecer, debe de funcionar porque hasta ahora no se tiene noticia de que el jugador haya hecho uso de tal prerrogativa, la cual, todo hay que decir, confiesa que le pilló por sorpresa.



Me he preguntado a mi mismo como valoraría/utilizaría una proposición similar por parte de mi pareja y la conclusión a la que llego es que...como canta Dylan, the answer is blowing in the wind -la respuesta queda en el aire-

Y tú, como mujer, ¿permitirías a tu pareja ponerte los cuernos una vez al año, y sólo una?

Soy consciente de que la proposición también podría plantearse au contraire, lo que me lleva otra vez al principio y a seguir reflexionando sobre la naturaleza de mujeres y hombres. [continuará]

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