domingo, abril 19, 2009

Los cojones

Un ejemplo de la riqueza del castellano es el número de acepciones de una misma palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos: los cojones.

Si va acompañado de un numeral tiene significados distintos. Así, uno significa caro o costoso [vale un cojón], dos significa valentía [le echó dos cojones], tres significa desprecio [me importa tres cojones] y un número muy alto, grande y par significa dificultad [lograrlo me costó mil cojones].

El verbo cambia el significado. Tener indica valentía [aquel tío tiene cojones], aunque con admiración puede denotar sorpresa [¡tiene cojones!]. poner expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares [puso los cojones encima de la mesa] Se los utiliza para apostar [me corto los cojones] o para amenazar [te corto los cojones]

El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase: Así, el presente indica molestia o hastío [me toca los cojones], pero el imperativo significa sorpresa [¡tócate los cojones!]

Los prefijos y sufijos modulan su significado: a expresa miedo [acojonado], pero des significa reírse [descojonado], -udo indica perfección [cojonudo], pero azo se refiere a la indolencia o abulia [cojonazos].

Las preposiciones matizan la expresión de significa éxito [me salió de cojones], o cantidad [hace un frío de cojones], por expresa voluntariedad [lo hago por cojones], hasta expresa el límite de aguante [estoy hasta los cojones], pero con indica valor [es un tío con cojones] y sin la cobardía [no tienes cojones].

El color, la forma o la simple textura o tamaño aportan significados. El color violeta expresa frío [se me quedaron los cojones morados], la forma, el cansancio [tengo los cojones cuadrados de aguantarte], pero el desgaste implica experiencia [tengo los cojones pelados de repetirlo]. Son importantes el tamaño y la posición [tiene los cojones grandes y bien plantados]; sin embargo, hay un tamaño máximo que no puede superarse [tiene los cojones como el caballo de Espartero], porque entonces indica torpeza o vagancia [le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos e incluso necesita una carretilla para llevarlos].

La interjección ¡cojones! significa sorpresa y cuando uno se haya perplejo los solicita [¡manda cojones!].

Es el lugar donde reside la voluntad y de allí surgen las órdenes [me sale de los cojones].

En resumen resulta dificil encontrar una palabra en castellano o en otros idiomas con mayor número de acepciones.

Fuente: Realmente la desconozco, el texto junto con otros que ya iré posteando, porque merecen la pena, lo he extraído de un archivo de un viejo disco duro que antes de tirarlo me ha dado por echar un vistazo a su interior y debe de ser de 1994-95. Si alguien lo identifica agradecería un comentario al respecto.

Actualización: Tras una pequeña búsqueda, citar, que el autor del texto no es otro que el académico de la RAE, Arturo Pérez Reverte.

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