Arriba y abajo
El ascensor es uno de esos lugares de obligada reunión social. Obligada porque probablemente una o varias veces al día tienes que utilizarlo, compartiéndolo con colegas en el trabajo o con vecinos en el caso. Queda pero que muy feo eso de decir "uysss, se me ha olvidado comprar el tabaco" para no subirte con alguien en el ascensor cuando se tiene clara intención de hacerlo antes de toparte con el "elemento" en cuestión. Es más, queda pero que muy feísimo si llevas 15 años viendo al colega del curro y este sabe que no fumas porque eres un friki corredor de marathon y de carreras de montaña. O sea que haces de tripas corazón y te subes con la auxiliar de rayos X a la que la axila le canta cual pavarotti, o el colega de mirada despectiva. Hombre, también puede ser que te toque la colega maciza de la quinta planta, pero esa es otra historia... Uno siempre recurre a la mirada fija en el panel del ascensor (pocas veces resulta tan interesante que lo haya fabricado Ascensores Monsálvez, en la fabrica de Fuenlabrada, y que tenga capacidad para 10 plazas nada menos). Algo habrá que puedas hacer en vez de mirar al infinito, o comentar el calor que hace. Puedes hacer Tai-Chi, hacer graciosos ruiditos cada vez que se suba alguien, quedarte de cara a la pared totalmente inmóvil, dar rienda suelta a tus flatulencias, maullar, hablar de religión, mirar fijamente al otro pasajero y de pronto gritarle "¡eres uno de ellos!", tocar la armónica, dibujar un cuadrado en el suelo y advertir al vecino que ese es tu "espacio personal"...En fin, cosas éstas que hacen el trayecto más entretenido. Pero si por una de esas te falla la imaginación aquí tienes 50 Fun things to do in an elevator. A partir de entonces será el colega del curro el que recuerde que se ha dejado el expediente en el despacho.
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