El párroco, el stripper y 200.000 US$
La historia se desarrolla en Chicago y va de un párroco llamado Mark Sorvillo recientemente condenado a una sentencia de cuatro años, de la que probablemente cumplirá solo la mitad, por haber sido hallado culpable de la apropiación de unos 200.000 US$ provenientes de las donaciones de los fieles de su parroquia de St. Margaret Mary. Sorvillo que fue apartado de sus funciones hace un año empleaba el dinero en viajes a Europa y comidas en Nueva York.
Pero lo que se sabe ahora es que hace 8 años, en 1999, Sorvillo, conocía en un bar gay a un hombre de 30 años llamado James Sosnicki, de Louisville. Sosnicki estaba casado y solía acudir a Chicago 2/3 veces al mes para actuar como stripper en locales de ambiente gay por 50/100 US$ la noche, propinas aparte, al que con el transcurrir del tiempo regaló un coche, billetes de avión, una moto, un ordenador, ropa y decenas de miles de dólares en efectivo y con el que, según declara el propio Sosnicki, no mantenía una relación de índole sexual a pesar de que en el transcurso de la investigación se encontraron fotos de éste durmiendo completamente desnudo en la rectoría de la parroquia, lugar donde solía pernoctar, y un póster publicitario del concurso Intenational Mr. Leather 2004 en el que aparecía Sosnicki como uno de los modelos.
En otra ocasión Sorvillo le dio a Sosnicki su tarjeta de crédito para viajar a Los Angeles con el fin de recoger a un hombre llamado Arti. El párroco deseaba un encuentro sexual con otro hombre por lo que el tal Arti y Sosnicki le ayudaron a elegir a uno en un bar de prostitutos con el que se marchó a un hotel por espacio de una hora.
Se desconoce el importe real del dinero que el párroco regaló al stripper a lo largo de los años, los informes policiales aseguran que el segundo vivía del primero y que durante alrededor de un año recibió depósitos en una cuenta bancaria por valor de unos 1000 US$ mensuales.
Sosnicki declararía a la policía que Sorvillo era un alma perdida y que vivía dos vidas diferentes: una como párroco y... otra.
Vía: Chicago Sun-Times
Pero lo que se sabe ahora es que hace 8 años, en 1999, Sorvillo, conocía en un bar gay a un hombre de 30 años llamado James Sosnicki, de Louisville. Sosnicki estaba casado y solía acudir a Chicago 2/3 veces al mes para actuar como stripper en locales de ambiente gay por 50/100 US$ la noche, propinas aparte, al que con el transcurrir del tiempo regaló un coche, billetes de avión, una moto, un ordenador, ropa y decenas de miles de dólares en efectivo y con el que, según declara el propio Sosnicki, no mantenía una relación de índole sexual a pesar de que en el transcurso de la investigación se encontraron fotos de éste durmiendo completamente desnudo en la rectoría de la parroquia, lugar donde solía pernoctar, y un póster publicitario del concurso Intenational Mr. Leather 2004 en el que aparecía Sosnicki como uno de los modelos.
En otra ocasión Sorvillo le dio a Sosnicki su tarjeta de crédito para viajar a Los Angeles con el fin de recoger a un hombre llamado Arti. El párroco deseaba un encuentro sexual con otro hombre por lo que el tal Arti y Sosnicki le ayudaron a elegir a uno en un bar de prostitutos con el que se marchó a un hotel por espacio de una hora.
Se desconoce el importe real del dinero que el párroco regaló al stripper a lo largo de los años, los informes policiales aseguran que el segundo vivía del primero y que durante alrededor de un año recibió depósitos en una cuenta bancaria por valor de unos 1000 US$ mensuales.
Sosnicki declararía a la policía que Sorvillo era un alma perdida y que vivía dos vidas diferentes: una como párroco y... otra.
Vía: Chicago Sun-Times
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