Aquí te espero que se está muy calentito
No, no es un relato de terror pero, según se lea, podría pasar por uno. Parafraseando al maestro Edgard Alan Poe, tal vez sea la propia simplicidad del asunto lo que nos conduce al error.
La siguiente historia puede tener lugar en cualquier parte del mundo, no es imaginada ni real, y demuestra que hay que cerciorarse de las direcciones de correo electrónico antes de hacer click en el botón de enviar para evitar malos entendidos o males mayores. Los nombres de las ciudades que se describen son intercambiables, los personajes, como salidos de una comedia de Billy Wilder tan auténticos como, cada uno quiera o pueda crearlos, se enfrentan a una situación rallana con el histrionismo donde podríamos imaginar al bueno de Jack Lemon como prota de la misma. Esta es la historia de "Un email equivocado"
Un hombre dejó las nevadas calles de Chicago para pasar unas felices vacaciones en la soleada Florida.
Su esposa estaba en viaje de negocios y habían planeado encontrarse en Miami al día siguiente.
Cuando el hombre llegó al hotel, después de haber pasado el día en la playa bajo los cocoteros y harto de refrescos tropicales, decidió enviar a su mujer un e-mail para contarle las maravillas del lugar.
Como no encontró el papelito donde tenía apuntada la dirección, se arriesgó a tirar de memoria y rezar para que fuera correcto.
Pero, por desgracia, se equivocó en una letra y el mensaje se dirigió hacia la esposa de un pastor protestante que había muerto el día anterior.
Por la noche, esta mujer decidió leer el correo para ver las condolencias que había recibido; cuando miró el monitor dio un respingo, pegó un grito y cayó tiesa, muerta al suelo.
Al oír el grito sus familiares corrieron a donde se encontraba y leyeron lo siguiente en el correo mostraba el monitor:
Querida esposa:
Acabo de llegar. Fue un largo viaje hasta aquí, aunque merece la pena; todo es precioso, con muchos árboles, jardines, fiestas. A pesar de llevar pocas horas aquí ya me estoy sintiendo como en casa. Ahora me voy a descansar.
Sólo quiero decirte que ya hablé con toda la gente y tienen lista tu llegada aquí a lo largo de mañana.
Estoy seguro de que también te va a gustar mucho.
Besos de tu eterno y amoroso marido.
P.D. ¡Prepárate porque aquí hace un calor infernal!
La siguiente historia puede tener lugar en cualquier parte del mundo, no es imaginada ni real, y demuestra que hay que cerciorarse de las direcciones de correo electrónico antes de hacer click en el botón de enviar para evitar malos entendidos o males mayores. Los nombres de las ciudades que se describen son intercambiables, los personajes, como salidos de una comedia de Billy Wilder tan auténticos como, cada uno quiera o pueda crearlos, se enfrentan a una situación rallana con el histrionismo donde podríamos imaginar al bueno de Jack Lemon como prota de la misma. Esta es la historia de "Un email equivocado"
Un hombre dejó las nevadas calles de Chicago para pasar unas felices vacaciones en la soleada Florida.
Su esposa estaba en viaje de negocios y habían planeado encontrarse en Miami al día siguiente.
Cuando el hombre llegó al hotel, después de haber pasado el día en la playa bajo los cocoteros y harto de refrescos tropicales, decidió enviar a su mujer un e-mail para contarle las maravillas del lugar.
Como no encontró el papelito donde tenía apuntada la dirección, se arriesgó a tirar de memoria y rezar para que fuera correcto.
Pero, por desgracia, se equivocó en una letra y el mensaje se dirigió hacia la esposa de un pastor protestante que había muerto el día anterior.
Por la noche, esta mujer decidió leer el correo para ver las condolencias que había recibido; cuando miró el monitor dio un respingo, pegó un grito y cayó tiesa, muerta al suelo.
Al oír el grito sus familiares corrieron a donde se encontraba y leyeron lo siguiente en el correo mostraba el monitor:
Querida esposa:
Acabo de llegar. Fue un largo viaje hasta aquí, aunque merece la pena; todo es precioso, con muchos árboles, jardines, fiestas. A pesar de llevar pocas horas aquí ya me estoy sintiendo como en casa. Ahora me voy a descansar.
Sólo quiero decirte que ya hablé con toda la gente y tienen lista tu llegada aquí a lo largo de mañana.
Estoy seguro de que también te va a gustar mucho.
Besos de tu eterno y amoroso marido.
P.D. ¡Prepárate porque aquí hace un calor infernal!
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