Muertos de primera y muertos de segunda
Según informa hoy la mayoría de la prensa de tirada nacional e internacional y el resto de los media, ayer fue quizás el día más negro para los habitantes de Bagdad desde que comenzó la invasión de su país, ya que la barbarie alcanzó cotas casi insuperables con la explosión de cuatro coches bombas causando la muerte de unas 200 personas.
Hoy también, todos esos media prestan atención, más que relevante, a la difusión de lo que se podría denominar de forma políticamente correcta los detalles colaterales del tiroteo del Virginia Tech del pasado martes, y de forma políticamente incorrecta el lado amarillista/tomate del trágico suceso. No hoy, sino que como puedo dar fe, en el caso de cadenas de TV., tales como la CNN o la Fox, han dedicado y continúan dedicando horas y horas de emisión a sesudos debates en los que participan expertos en armas, docentes, políticos, abogados, alumnos, ex-alumnos, etc., a analizar con lupa los porqués y los cómos. Desde las sorprendentes declaraciones de la persona que vendió las armas a Cho Seung-hui, pasando por los escritos, el estado mental, lo que solía comer, el tipo de ropa que llevaba, hasta recursivos banners en los que se ofrecen 250 US$ por fotografías inéditas suyas. Entrevistas con familiares de estudiantes caídos en el tiroteo destrozados por el dolor que viven a miles de km., de los EE.UU, supuestos correos electrónicos enviados por el pistolero hace meses, informes médicos, etc., etc.
No cabe la menor duda de que la muerte no hace distinciones pero sí el tratamiento que se le da a la misma porque de lo ocurrido en Bagdad, sólo la fría estadística nos puede dar una remota idea del infierno diario que debe representar, ya no vivir, sino sobrevivir, en una ciudad en la que el mero hecho de ir o no ir un día al mercado, o subir o no a un autobús, puede representar la diferencia entre la vida y la muerte.
Hoy también, todos esos media prestan atención, más que relevante, a la difusión de lo que se podría denominar de forma políticamente correcta los detalles colaterales del tiroteo del Virginia Tech del pasado martes, y de forma políticamente incorrecta el lado amarillista/tomate del trágico suceso. No hoy, sino que como puedo dar fe, en el caso de cadenas de TV., tales como la CNN o la Fox, han dedicado y continúan dedicando horas y horas de emisión a sesudos debates en los que participan expertos en armas, docentes, políticos, abogados, alumnos, ex-alumnos, etc., a analizar con lupa los porqués y los cómos. Desde las sorprendentes declaraciones de la persona que vendió las armas a Cho Seung-hui, pasando por los escritos, el estado mental, lo que solía comer, el tipo de ropa que llevaba, hasta recursivos banners en los que se ofrecen 250 US$ por fotografías inéditas suyas. Entrevistas con familiares de estudiantes caídos en el tiroteo destrozados por el dolor que viven a miles de km., de los EE.UU, supuestos correos electrónicos enviados por el pistolero hace meses, informes médicos, etc., etc.
No cabe la menor duda de que la muerte no hace distinciones pero sí el tratamiento que se le da a la misma porque de lo ocurrido en Bagdad, sólo la fría estadística nos puede dar una remota idea del infierno diario que debe representar, ya no vivir, sino sobrevivir, en una ciudad en la que el mero hecho de ir o no ir un día al mercado, o subir o no a un autobús, puede representar la diferencia entre la vida y la muerte.
Etiquetas: bagdad, irak, seung-hui, virginia tech
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