Neo-esclavitud
Ya toqué el tema hace unos meses a través de la increíble experiencia de Mukhtar Mai. Y otra vez hoy vuelvo a retomarlo porque me lo ha recordado al leer lo siguiente:
Meerwala, Pakistan
Ghulam Fareed parecía un hombre gentil y piadoso, entre sus dedos colgaba unas cuentas de oración. Así lo creyó Ms. Parveen cuando recibió la petición de matrimonio. No lo conocía de nada pero tanto ella como su familia quedaron impresionadas.
Todo marchó bien durante el primer mes de matrimonio pero un buen día recibió una tajante orden por parte de su marido: Harás todo lo que te diga, si te digo que te acuestes con otro hombre, ¡lo harás!
Resultó ser que el gentil y piadoso Ghulam era en realidad un traficante de drogas y propietario de un burdel que intentaba convertir a su nueva esposa en su nueva prostituta. Ms. Parveen se negó enfáticamente: ¡no, no lo haré!. Pero luego de despertar del estado de inconsciencia que la dejó sumida la brutal paliza que había recibido tras pronunciar su negativa que la había dejado con algunos huesos rotos, sus ropas arrojadas al fuego y totalmente en estado de shock, no tuvo más remedio que claudicar.
Durante seis años Ms. Parveen estuvo encerrada en una habitación y las únicas personas que veía eran los clientes. Finalmente consiguió escapar y regresar al domicilio familiar. Pero la pesadilla aun no había terminado, ya que fue entonces cuando comenzaron las amenazas contra los miembros de su familia y contra su hijo. De no regresar al burdel su hijo sería secuestrado. Lo que así ocurrió. Uzman, así se llama el pequeño, confiesa que estuvo inmovilizado con cadenas de pies y manos, que fue repetidamente violado y que tuvo que actuar como chapero para los clientes.
Ante esta situación la única salida que veía Ms. Parveen era la de la puerta del suicidio. Transcurridos seis meses, Uzman, aprovechando que sus captores estaban borrachos y que le habían dejado sin encadenar, consigue escapar y todos juntos acuden a la policía. Y otra nueva decepción. Los oficiales estaban sumidos en el pozo de la corrupción y trabajaban codo con codo con la banda del marido.
La situación se tornó aun más surrealista cuando la policía arrestó al padre de Ms. Praveen, una persona con una sola pierna, y lo mantuvo dos semanas encarcelado siendo golpeado sin misericordia. Los hermanos, de no ser porque habían huido, hubieran corrido la misma suerte.
También fue amenazada Naima, la hermana pequeña, que tuvo que abandonar la escuela donde estudiaba con la ilusión de algún día llegar a ser médico. Ahora su sueño se ha desvanecido. La amenaza, consistía en raptarla y convertirla en prostituta.
Este es tan solo uno más de los millones de ejemplos de neo-esclavitud que se pueden poner. Sobre todo en Asia, niñas, jóvenes y adolescentes ven como sus vidas quedan marcadas para siempre por estas situaciones lo que unido a la pandemia de la pobreza y la corrupción rampante convierten a esta parte del mundo en un infierno en la tierra.
Este texto es una traducción libre de Politika Erotika. El artículo original pertenece a Nicholas D. Kristof y se publicó en el NYT el pasado día 3 pero sólo se accede al mismo si eres miembro de TimesSelect, aunque si te registras puedes acceder con un trial gratis de 14 días. El texto íntegro, tras mucho dar vueltas, creo que lo he encontrado también aquí.
Meerwala, Pakistan
Ghulam Fareed parecía un hombre gentil y piadoso, entre sus dedos colgaba unas cuentas de oración. Así lo creyó Ms. Parveen cuando recibió la petición de matrimonio. No lo conocía de nada pero tanto ella como su familia quedaron impresionadas.
Todo marchó bien durante el primer mes de matrimonio pero un buen día recibió una tajante orden por parte de su marido: Harás todo lo que te diga, si te digo que te acuestes con otro hombre, ¡lo harás!
Resultó ser que el gentil y piadoso Ghulam era en realidad un traficante de drogas y propietario de un burdel que intentaba convertir a su nueva esposa en su nueva prostituta. Ms. Parveen se negó enfáticamente: ¡no, no lo haré!. Pero luego de despertar del estado de inconsciencia que la dejó sumida la brutal paliza que había recibido tras pronunciar su negativa que la había dejado con algunos huesos rotos, sus ropas arrojadas al fuego y totalmente en estado de shock, no tuvo más remedio que claudicar.
Durante seis años Ms. Parveen estuvo encerrada en una habitación y las únicas personas que veía eran los clientes. Finalmente consiguió escapar y regresar al domicilio familiar. Pero la pesadilla aun no había terminado, ya que fue entonces cuando comenzaron las amenazas contra los miembros de su familia y contra su hijo. De no regresar al burdel su hijo sería secuestrado. Lo que así ocurrió. Uzman, así se llama el pequeño, confiesa que estuvo inmovilizado con cadenas de pies y manos, que fue repetidamente violado y que tuvo que actuar como chapero para los clientes.
Ante esta situación la única salida que veía Ms. Parveen era la de la puerta del suicidio. Transcurridos seis meses, Uzman, aprovechando que sus captores estaban borrachos y que le habían dejado sin encadenar, consigue escapar y todos juntos acuden a la policía. Y otra nueva decepción. Los oficiales estaban sumidos en el pozo de la corrupción y trabajaban codo con codo con la banda del marido.
La situación se tornó aun más surrealista cuando la policía arrestó al padre de Ms. Praveen, una persona con una sola pierna, y lo mantuvo dos semanas encarcelado siendo golpeado sin misericordia. Los hermanos, de no ser porque habían huido, hubieran corrido la misma suerte.
También fue amenazada Naima, la hermana pequeña, que tuvo que abandonar la escuela donde estudiaba con la ilusión de algún día llegar a ser médico. Ahora su sueño se ha desvanecido. La amenaza, consistía en raptarla y convertirla en prostituta.
Este es tan solo uno más de los millones de ejemplos de neo-esclavitud que se pueden poner. Sobre todo en Asia, niñas, jóvenes y adolescentes ven como sus vidas quedan marcadas para siempre por estas situaciones lo que unido a la pandemia de la pobreza y la corrupción rampante convierten a esta parte del mundo en un infierno en la tierra.
Este texto es una traducción libre de Politika Erotika. El artículo original pertenece a Nicholas D. Kristof y se publicó en el NYT el pasado día 3 pero sólo se accede al mismo si eres miembro de TimesSelect, aunque si te registras puedes acceder con un trial gratis de 14 días. El texto íntegro, tras mucho dar vueltas, creo que lo he encontrado también aquí.
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