Pwned by Internet
El uso de Internet y sus efectos en el cerebro es uno de los debates que en la actualidad suscita gran atención por parte de muchos profesionales de la medicina, sociólogos o expertos en el comportamiento humano. Está claro que Internet es una herramienta de incalculable valor como medio de acceso a la información o como vehículo para comunicarse y relacionarse, para ello se utilizan móviles, portátiles, netbooks, etc., y no se puede negar que, como cualquier otro abuso, Internet puede provocar daños colaterales.
Para entender lo que se puede, o no, llegar a conocer como IAD -Internet Abuse Disorder- se puede empezar por citar algunos datos: Se calcula que entre el 25-30% de la plobación mundial son usuarios activos de Internet., más de 150 millones de personas se conectan a Facebook, Twitter, etc., etc., diariamente o se crean unos 10 blogs por minuto y a medida que la tecnología llega a más lugares, en cierto modo, el planeta se hace más y más pequeño y es un hecho que las conexiones a Internet crecen a ritmo vertiginoso. ¿Pero que sucede cuando estos usuarios se conenctan con demasiada frecuencia, dónde podemos trazar la línea entre lo inofensivo y lo perjudicial?
Como mi visión del mundo está trazada en perspectiva y no como un modelo a escala, mi primer plano está ocupado por los seres humanos ya que aunque las estrellas puedan ser enormes no pueden pensar, ni amar, al menos que se sepa, y estas son cualidades que me impresionan mucho más. Por ej., tomemos dos puertas, en una de las cuales aparecerá dibujado una elipse y en la otra un círculo, cojamos un perro o un gato. Si el animal elige la puerta del círculo recibe una buena comida, sin embargo si elige la puerta de la elipse, recibirá una descarga eléctrica. Tras cierto número de pruebas, el animal elegirá indefectiblemente la puerta del círculo, pero si gradualmente hacemos la elipse más parecida al círculo, resultará que al final el animal será incapaz de distinguir y sufrirá un ataque nervioso. En contraposición, una máquina automática, no importa lo muy frecuentemente que haya respondido a la inserción de una moneda nunca aprenderá a responder a la simple visión de la misma.
Pués bien, esto nos demuestra que la respuesta al estímulo no es en sí misma una característica de la materia viva. Un reloj responde al paso del tiempo y un termómetro a las oscilaciones de la temperatura. Lo que es característico de los animales es la facultad de aprender, que consiste en variar la respuesta a un estímulo dado como resultado de la adquisición de un comportamiento/hábito. Hay una gran diferencia entre los animales superiores e inferiores; otro ej., una mosca continuará intentando atravesar un cristal indefinidamente, mientras que un gato o un perro, pronto aprenderán que es imposible. Una gran parte de la superioridad de los seres humanos sobre los animales es su mayor capacidad de adquirir, interactuar y manejar comportamientos/hábitos numerosos y complejos.
Muchos de nosotros que utilizamos a diario La Red, podríamos tener cierto grado de dificultad para recordar como era la vida sin Internet y casi que se nos haría aun más difícil prescindir, hoy por hoy, de la misma. Vivimos en un mundo tecnológico donde la respuesta a casi cualquier pregunta se encuentra al alcance de un clic y es esto precisamente lo que puede llevar a la confusión catalogando estos comportamientos/hábitos -llámese si así se desea compulsivos- como adicción y que se pueden resumir en seis pasos:
Reafirmación: El estar conectados produce un placer físico, mental y psicológicamente placentero, lo que puede conducir a:
Obligación o anhelo: La persona siente la necesidad o el impulso irresistible que le obliga a mantener el comportamiento/hábito anterior y planea la siguiente oportunidad de llevarlo a cabo, lo que conduce a:
Síntomas de abstinencia: La persona se siente a disgusto, ansiosa o irritable si por cualquier causa no lo logra, transcurrido cierto tiempo, repetir el comportamiento/hábito, lo que conduce a:
Pérdida de control: La persona pierde el control y se ve incapaz de bloquear la ausencia del comportamiento/hábito, negando el problema, lo que conduce a:
Escalada de la tolerancia: La persona necesita más y más hacer uso de ese comportamiento/hábito para lograr el efecto que al principio se lograba con una pequeña dosis, lo que conduce a:
Consecuencias negativas: Este es el momento en que el comportamiento/hábito puede llegar a consecuencias negativas tipo: problemas laborales, de estudio, dificultades para relacionarse, problemas de salud, legales, etc., etc.
Se podría estar de acuerdo en que los procesos anteriormente descritos puedan parecer pelín extremistas para el usuario común, pero recapacitemos un momento. ¿alguna vez hemos sentido la urgente necesidad de revisar el correo o conectarnos de nuevo a Internet a través de otro medio cualquiera cuando hace relativamente poco tiempo que se ha hecho desde el portátil? ¿recibir un nuevo correo o descubrir un nuevo sitio web nos provoca un alto grado de satisfacción? En ocasiones, este tipo de simples recompensas cotidianas pueden, poco a poco, convertirse en comportamientos/hábitos. Se comienza conectándose a unos determinados feeds, se revisan cierto número de cuentas de correo y se puede acabar no haciendo otra cosa, lo que en realidad puede suponer una lamentable pérdida de tiempo.
Hace unos años se realizó un estudio en Holanda -en mi opinión poco valorativo, por la muestra, más sí ilustrativo- titulado Pwned by Internet, liderado por el biomédico Gert-Jen Meerkerk que junto a otros profesionales de distintas áreas crearon una escala conocida como CIUS, siglas que corresponden a Compulsive Internet Use Scale. El estudio es demasiado prolijo como para resumirlo en esta entrada, así que aquí os lo dejo [.pdf] para quien esté interesado.
Buen fin de semana.
Etiquetas: adiccion, CIUS, costumbres, habitos, IAD, internet, pwned