miércoles, mayo 24, 2006

Explorando los cielos

Ah, el retrete portátil. Probablemente uno de los más lúcidos inventos de la Humanidad. Un discreto cuarto, pero cuya utilidad supera de largo a muchos de los ingenios más renombrados. Un objeto imprescindible en el ramo de la construcción, en eventos musicales y deportivos y, en general en cualquier situación que demande una satisfacción inesperada de las necesidades fisiológicas. Pero no acaba aquí el asunto porque el retrete portátil revela nuevos usos para la ciencia y la investigación. Algo que muestra su versatilidad y polivalencia, y sirve para cantar sus alabanzas. Una original y estruendosa utilidad para el retrete portátil, que se une a la revelada en Jackass (una de las mejores escenas del programa tiene que ver con un retrete portátil, Johnny Knoxville en su interior y una grúa que le da la vuelta con hilarantes consecuencias. Disclaimer: no he podido/sabido encontrar el vídeo, hay tanto donde buscar en YouTube que me he desanimado), y tiene que ver nada menos que con la Ciencia Espacial.


Así que si quieres una experiencia que promete ser única te puede interesar el Lil Johnny Rocket, un retrete portátil convertido en cohete espacial. Si, habéis leído bien, han acondicionado el habitáculo para conquistar el cielo; debe ser algo realmente emocionante, toda una sacudida para los sentidos, ascender a toda mecha con los calzones bajados y lo "que nos cuelga" entre las piernas batallando contra la ley de la gravedad. Aunque al parecer se trata de una versión mini, espero que dentro de poco pueda ir en su interior y así sabré qué sienten los astronautas cuando van al baño. Por lo pronto, es una refrescante variante de los cohetes que muchos niños envían al cielo, y seguro que dará nuevas ideas a quienes quieren hacer un cohete original. Eso si, no vale hacer un cohete con cinta aislante y la Barbie de tu hija. Ni tampoco vale hacerlo con la propia hija para enviarla lo más lejos posible.

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