domingo, mayo 14, 2006

En Julio, todos a botar

Hoy, al mirar el extracto de la tarjeta de crédito enviado por el banco y repasando los cargos, me encuentro con uno de 60€ que corresponde a la compra de un ratón inalámbrico. Ratón inalámbrico cuya esperanza de vida está ya caducada porque tras aplicar sobre el mismo toda la batería de medidas, que no son muchas, de reanimación indicadas por el fabricante para casos de emergencia no hay manera de que funcione. Lo hizo durante un par de semanas pero eso fue todo.

Así que como penitencia, y para no sentirme como un redomado idiota, me he planteado un ejercicio virtual y de paso escribir este post domiguero contando la experiencia. Para ello, me he puesto a googlear en busca de alguno de esos foros donde afectados por algún tipo de desmán comercial se reunen para contar sus experiencias y encontrar posibles soluciones. Pero mira tú que racaneando por La Red me entero de que el próximo día 20 de Julio se va a celebrar el World Jump Day, una iniciativa para cambiar la órbita del planeta Tierra.

Al igual que evito al cognazo de mi vecino dando un saltito para esconderme detrás de ese árbol gordote para huir de su terrible compañía, al parecer también un saltito de esos puede evitar desgracias mucho mayores, si cabe. O sea, el fin del mundo. Por un lado, noticias fatalistas anuncian un posible impacto de un meteorito dentro de los próximos 60 años y por otro la Naturaleza amenaza seriamente nuestros desmanes y abusos desde que el hombre es hombre industrial, así que los científicos se afanan por salir airosos del probable Armagedón y una de las soluciones que barajan sería un "sencillo" cambio de órbita terrestre.

Para conseguir tal cosa, afortunadamente, no hay que gastarse una millonada en construir carísimos y sofisticados dispositivos, sino simplemente ponerse todos de acuerdo. Lo suyo es quedar un día y a una hora toda la población preparada, y cuando llegue la hora H (concretamente el 20 de Julio de 2006, a las 11:39:13, hora de Greenwinch) se da un salto. La Humanidad entera. Todo quisque, a la vez. Ale hop. Y hala, nueva órbita, problema solucionado. Ahora bien, a ver como leches ponemos de acuerdo a todo el mundo, con sus cosas, sus trabajos, sus franjas horarias, sus costumbres y demás. Habrá que ir pensando en lo del carísimo y sofisticado dispositivo, más que nada, por si acaso.

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